La aguja y el alambre se sostienen horizontalmente con los tapones de corcho. Luego pegamos unas bolitas de cera sobre el alambre de cobre y sobre la aguja de hierro dejando una separación pequeña entre las bolitas.
Calentando con una vela los extremos libres de los alambres vemos que el calor transmitido por los metales va fundiendo la cera y las bolitas caen poco a poco. Pero las bolitas de cera del alambre de cobre caen antes que las bolitas de la aguja de hierro por ser la conductividad térmica del cobre mayor que la del hierro.
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